Cactus San Pedro ¿Adorno para el hogar o droga legal?








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A veces en la vida diaria nos encontramos con fenómenos particulares e interesantes. Por ejemplo, descubrir que ese cactus que esta en la casa de nuestra abuela, amigo tío o en el patio del vecino es un San Pedro (conocido científicamente como Trichocereus peruvianus). Un cactus de origen latino americano con elevado contenido en mezcalina, la misma sustancia que contiene el Peyote mexicano.

Debido a los efectos psicológicos que producen estos cactus en la percepción de los individuos, la cultura, el arte y en general, en la costumbre de diversos pueblos indígenas se han influenciados notablemente desde tiempos prehispánicos.

El San Pedro, es el cactus más común y mejor conocido de todos los “Trichocereus”. El cactus de San Pedro supuestamente fue denominado en honor al santo " Pedro" católico, porque al igual que él se piensa que tiene las "Llaves del Cielo".

Este cactus es conocido, cultivado y usado ceremonialmente como costumbre en Perú desde el año 2.200 antes de cristo. Hasta la fecha, la costumbre por el consumo se ha adaptado por los nuevos aventureros pero no de forma masiva.

El cactus es nativo de los Andes. Crecen unos 30 centímetros por año y alcanza la altura de tres a seis metros. Como todos los cactus es de color verde, tienen pocas y pequeñas espinas.

Como órgano de prevención y educación para los jóvenes, es muy poco (por no decir “nada”) lo que informa el CONACE en su página Web frente a esta planta:

“Clasificación: Alucinógeno.

Forma de consumo: Oral.
Origen: El Trichocereus pachanoi se encuentra en América del Sur. Se utiliza en las regiones costeras de Perú y en Los Andes de Perú y Bolivia.
Su alcaloide principal es la mezcalina.
Efectos en el organismo:

Los efectos de la mezcalina comienzan a aparecer una hora después de su consumo.

Su eficacia dura, en total, 12 horas.

La mezcalina puede activar una sicosis latente (enfermedad mental caracterizada por delirios o alucinaciones, como la esquizofrenia o la paranoia), es decir, que hasta antes de consumir sus síntomas no se hayan manifestado en la persona, alucinaciones de miedos extremos y estados de embriaguez súbita, incluso días o semanas después de su ingesta”.

Es por eso seguimos investigando con el interés de entregar una mejor información y con un real compromiso social.

Un articulo publicado por un diario electronico mexicano, llamado “latino seguridad”, explicó que en 1897, el químico alemán Arthur Heffter identificó químicamente la mescalina o 3,4,5-trimethoxy-ß- phenethylamine. Pero fue en 1918 cuando Ernst Spath la sintetizó por primera vez. Su estructura química es, parecida a la de la adrenalina (Epinefrina). Está clasificada dentro de la familia de las fenetilaminas, al igual que la MDA (3,4-methylenedioxy amphetamine) o la MDMA (3,4-methylenedioxy methamphetamine). Desde entonces se fabrica la mezcalina sintéticamente, encontrándose en forma de polvo blanco (sulfato). Su síntesis es muy cara por lo que generalmente no se suele encontrar en el mercado negro.



¿Cuáles son sus efectos?

El efecto de la mezcalina depende mucho del contexto, la dosis y la persona, al igual que ocurre con otros psicodélicos. La potencia de mezcalina no es igualable a la de la LSD, pero sus visiones (no alucinaciones) y los marcados efectos la colocan dentro de las famosas sustancias naturales capaces de llevar al sujeto a otro estado de conciencia.

El español Antonio Escohotado Espinosa, nacido en Madrid en el año 1941. Es un destacado ensayista y profesor universitario cuyos trabajos se han dirigido principalmente a los campos del derecho, la filosofía y la sociología. Ha obtenido impacto e importancia pública debido a sus investigaciones acerca de las drogas.

El especialista, declara en su auto documentación que “Comparativamente hablando, quizá ningún fármaco posee una capacidad tan deslumbrante para suscitar visiones, y en especial para producir las más fantásticas mezclas de forma y color.

Por otra parte, el ánimo experimenta una profundización paralela a la puramente sensorial, y tras una primera fase -que suele ser de euforia ante las maravillas percibidas- sobreviene un período de serenidad mental y lasitud muscular, donde la atención se desvía de estímulos perceptivos para orientarse hacia la introspección y la meditación”


Efectos certeros

Mediante un proceso elaborado de cocción, este cactus se come. Los efectos que se suscitan son provocados por una intoxicación que dura al rededor de doce horas en la que consta de dos fases bien distintas y marcadas.

En la primera, después de una sobreexcitación general, sucede, al cabo de tres o cuatro horas, un estado sedante, lleno de visiones coloreadas extraordinarias, de fenómenos de intermisión sensorial: audición coloreada, autoscopia, desdoblamiento de la personalidad, repeticiones de objetos, curiosos errores de apreciación... No provoca ni una exaltación potente como el "haschish", ni una exteriorización ardorosa como el alcohol.
Determina, primero, una excitación de las facultades físicas y, a veces, intelectuales. La pupila se dilata y, durante veinticuatro horas, la sensibilidad del ojo a la luz, y también la agudeza de la percepción visual, se agudizan considerablemente. Se intensifica el relieve de los objetos, se modifican los colores y sus relaciones. En el momento culminante del éxtasis, el "peyotlinado", colocado en la oscuridad y con los ojos cerrados, experimenta sensaciones visuales de colores, en las que, algunos detalles, tienen un tinte tan sorprendente, que a ratos podrían arrancar frecuentes gritos de admiración.

Su preparación

En ningún momento pretendemos fomentar el consumo de dicha sustancia, solo la de informar con mayor amplitud acerca de este fenómeno.

Gracias a nuestra fuente anónima describiremos como se podría haber preparado esta poción Indígena milenaria.

El cactus debe medir al menos 60 cm ya que los cactus pequeños no contienen mezcalina.

Al cortarlo por la base, se le quita cuidadosamente una delgada capa transparente que se encuentra cubriendo la superficie del cactus.
Luego se extraen las pequeñas espinas y se botan en conjunto con la “piel” sacada anteriormente.

Con un cuchillo se corta solo la parte verde y carnosa (por dentro es blanco) colócala en otro plato aparte.
se vierten los trozos verdes en algún recipiente tipo olla y con agua hasta hervir , se cocina por mas de 10 horas.

Después del tiempo necesario, el producto es colado dejando solo el agua guardada el resto es eliminado y botado.

Una vez frío o a temperatura ambiental es tomado en porciones de vasos.

El sabor es espantoso señala nuestra fuente, es por esto que en la actualidad y en el proceso de cocción se le añaden cáscaras de naranja y canela con el fin de amenizar el mal sabor que tiene.

Droga legal



Este tipo de cactus se puede comprar en cualquier vivero de

la zona, está a precios accesibles y
no se encuentra
penalizado
debido a que no posee según autoridades,
algún elemento que se contradica la ley 20.000
promulgada por el gobierno de chile:
 
Teniendo presente que el H. Congreso Nacional ha
dado su aprobación al siguiente:
 
“Los que Los que elaboren, fabriquen,
transformen, preparen o extraigan sustancias o drogas
estupefacientes,
sicotrópicas productoras de
dependencia física o síquica, capaces de provocar graves
efectos tóxicos o daños considerables a la salud, sin la
debida autorización, serán castigados con presidio mayor
en sus grados mínimo a medio y multa de cuarenta a
cuatrocientas unidades tributarias mensuales”
 
Por otro lado, CONACE la reconoce pero no gesta campañas de

prevención e información debido a que el porcentaje de
consumidores existentes no representan una cantidad significante

si se les correlaciona con aquellos que consumen pas
tabase,
marihuana prensada, entre otros.
 
Guillermo Gálvez, el actual comisario de la brigada antinarcóticos 

de la PDI Chilena
nos señaló lo siguiente:

“El cactus San Pedro es una mala imitación del cactus mexicano.
Los principios activos del cactus son muy bajos y hasta el momento
no tenemos ninguna investigación acerca de esto por lo tanto no
representa ni es considerado como un elemento ilícito.”



Entrevista a Jorge Zamora el vendedor de San pedro








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Don Jorge tiene su local en la feria artesanal de la avenida Valparaíso, ubicada frente a la galería Carrusel en Viña del Mar.

Es padre de dos hijos y se ha dedicado a la venda de cactus desde que decidió según el “salir del sistema y entrar a la auto gestión”.



¿Hace cuántos años trabaja en el rubro de los cactus?
Hace ya más de 10 años

¿Siempre tiene a la venta el cactus San Pedro?
Si, desde siempre, es un cactus muy apetecido por la gente debido a al forma y las pocas espinas que tiene.

¿Qué tipo de personas son las que más compran este producto?
Antiguamente éramos nosotros lo jóvenes tanto hombres como mujeres, pero ahora son los gringos.

¿Ud. ha probado la poción del San Pedro?
Si, cuando era joven

¿Qué le pareció esta experiencia con el San Pedro?
Me acuerdo que lo hicimos con artos amigos en un ambiente totalmente natural, fuera de viña. En el encuentro, había una persona, una suerte de chamán, que nos guiaba en el “viaje”. Me acuerdo que todas mis percepciones se agudizaron y que veía al mundo como con otro punto de vista. No aluciné ni nada de eso.

¿Ha tenido problemas por vender este cactus debido a la ley 20.000 que sanciona el trafico ilícito de estupefaciente y sustancias sicotrópicas?

No, varias veces los carabineros pasan por acá y no existe ningún tipo de sanción. Creo yo, que es por que hay otra drogas que son de verdad toxicas, como la pasta base, la cocaína, la marihuana prensada.
El cactus era antiguamente un elemento religioso para las costumbres de algunos pueblos indígenas, y actualmente no se practica con el afán de estar solo drogado, hay una costumbre por detrás y aquellos que lo prueban, lo saben y toman conciencia.
Además es caro, cuesta diez mil pesos, ahí yo también "hago un filtro". No cualquiera lo compra.